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Aristóteles en sus escritos sobre metafísica dijo que “el todo es mayor que la suma de sus partes”. La conocida cita es de aplicación a las obras del escultor Miquel Aparici, el cual utiliza materiales y objetos antiguos para crear sus esculturas de animales, una fauna heterogénea, sorprendente y llena de un fino sentido del humor que requiere de la complicidad del observador para su disfrute. Me atrevería a decir que no sólo es mayor, sino que también en las creaciones de Miquel “el todo es diferente a la suma de sus partes”.

Este verano una amiga me pidió que le acompañase al taller de Miquel pues estaba interesada en comprar una escultura. El lugar me impresionó: un verdadero taller lleno de objetos esperando su oportunidad para ser ensamblados en convivencia con obras acabadas; un laboratorio mecánico donde se respira una energía sensible más allá del hierro, el óxido y la madera.

Las partes

Miquel reúne los objetos que formarán parte de sus obras mediante su intuición. Encuentra piezas antiguas con una historia detrás, objetos “vividos”. Pero no sólo eso, también con una dignidad y belleza intrínseca fascinante. Tanto puede “tropezarse” con objetos interesantes y adquirirlos como, en fases avanzadas de creación de una obra, buscar la pieza que complete la escultura; la parte que conforme el todo.

Hay una máxima en el mundo del alpinismo que dice que no hay que ir solo a la montaña, que es peligroso: “en la montaña uno es menos que uno, y dos son más de dos”. En la escultura de Aparici, dos también son más de dos…

El todo

En su actual fase creativa Miquel combina su pasión por la biología con la escultura, creando un verdadero zoológico de seres singulares y simpáticos. Pájaros, peces, perros, insectos, jirafas y un sinfín de especies componen la fauna ideada por el artista. Tanto la cantidad como la variedad de animales creados invitarían a crear una taxonomía específica para ser mostrada en un espacio híbrido, mitad Museo Natural mitad Museo de la Mecánica.

Poniéndonos en plan peliculero, no sería descabellado imaginarse a estos animales circulando a sus anchas por las galerías del museo una vez cerradas las puertas a los visitantes. Quizá lo hagan por la noche en el taller de Miquel Aparici, habrá que preguntarle si tiene indicios de algo parecido.

Exposición escultura de Miquel Aparici
Exposición de la obra de Miquel Aparici en la Galería Víctor Lope Arte Contemporáneo

Figura y fondo

La escuela psicológica de la Gestalt se basa en el principio que afirma que las personas no percibimos las cosas como una suma de partes individuales, sino que elaboramos una imagen global del conjunto de las partes (y esta imagen global tiene un significado más amplio).

Hace unos días, en la inauguración de la exposición que la galería Víctor Lope de Barcelona hizo de la obra de Aparici, pude experimentar esta percepción en su potente escultura Rinoceronte. Es tal la fuerza de la obra a tamaño natural que cuesta poner el foco en sus componentes. Tras un tiempo mirando la obra me sorprendí a mí mismo cambiando el enfoque como lo hace el autofocus de una cámara de fotos: pasando de las partes al todo, y del todo a las partes. Ir y venir. Ir y venir.

La figura del rinoceronte está clara. Y el fondo formal y conceptual sobre el que se dibuja no es la pared de la sala, son las partes que lo componen.

Rinoceronte Miquel Aparici en ezza fotografía
Rinoceronte, de Miquel Aparici, expuesto en la Galería Víctor Lope Arte Contemporáneo

Siempre me ha interesado el concepto de figura – fondo. Lo utilicé en mi Proyecto final de carrera de arquitectura para reflexionar sobre la relación entre la edificación (el lleno) y el espacio público (el vacío) en un casco histórico medieval. En el colosal ensayo Gödel, Escher, Bach: un Eterno y Grácil Bucle se analiza este tema llegando hasta el punto de poder proponer el sorprendente y brillante concepto de figura – figura.

Dado que el cerebro no es capaz de percibir la figura y el fondo al mismo tiempo, se decanta por uno de ellos, normalmente la figura. Miquel Aparici nos regala el lujo de poder disfrutar de ambos con igual intensidad y belleza.

Scott E. Kim Miquel Aparici ezza
Figura - figura, Scott E. Kim 1975

Sinergias

Y esta intensidad y belleza son posibles por la interacción armónica de las partes, por las sinergias que el escultor genera en sus obras. Esta unión de energías, este trabajo colectivo de las partes hace que el sistema funcione bien. O dicho en palabras menos mecanicistas, la elección de las piezas, su ensamblaje y su composición final es pura creatividad. Es arte.

Alma

Para acabar, quiero describir otro elemento que me ha impactado en las esculturas de Miquel. El alma que tienen. Porque la tienen. Paseando en soledad por el showroom anexo al taller del artista pude establecer una relación más íntima con cada pájaro, con cada perro, con cada ser-casi-vivo. Y todos ellos transmitían “algo” desde lo más profundo de su ser. Quiero pensar que ese “algo” es la energía, la historia que hay detrás de cada componente, de cada pieza, de cada objeto antiguo utilizado para dar forma al nuevo ser.

Esta teoría supone que cada nueva creación “nazca” ya con alma y por lo tanto no sea nueva stricto sensu. Y simultáneamente, cada objeto antiguo tenga una nueva vida, una nueva oportunidad para mostrar su dignidad y belleza gracias a Miquel Aparici.

Web del artista: www.miquelaparici.com

Web de la galería: www.victorlope.com

© Ignacio Sánchez Zárate